En este episodio te hablo de la actividad más increíble y beneficiosa que puedes hacer en verano en el campo.
Si vas a pasar tus vacaciones en el campo, si vives o piensas irte a vivir al campo, esto te interesa.
Quédate un rato conmigo y te cuento.
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Transcripción del podcast
Este va a ser un episodio bastante corto, porque lo que quiero que te quede, una vez que acabes de escucharme, es que mires, que busques a tu alrededor, que dejes de escucha.
Que dejes de estar atento a pantallas.
A personas.
A nada más que cosas pequeñas y cosas grandes.
Te explico, mira, todo lo que llevamos de verano, estoy viendo muchísimos turistas que acuden al pueblo donde estoy, que normalmente en invierno pues hay muy poquita gente.
Pero cuando llega el verano, pues sí.
Viene gente porque esto es una zona de montañas muy bonita con muchos senderos y muchas actividades al aire libre para hacer : deportivas, culturales, lo que tú quieras.
Pero lo que veo, lo que más veo es gente estresada, estresada, estresada, porque quieren hacer 1000 cosas.
Van a la oficina de turismo, se ponen a hacer cola en la oficina de turismo, piden todos los trípticos, todos los folletos, miran en el móvil, se pasan el día mirando la pantalla, te los encuentras por ahí en los senderos, buscando con el móvil por aquí, por allá, que no tengo cobertura, que el GPS no me dice, que no sé qué, que cuántos pasos llevo, que todo esto.
Ayer incluso cuando salí a dar mi vuelta, que siempre que puedo salgo, sea por la tarde o por la mañana, da igual, ayer lo hice por la tarde.
El caso es que me dio muchísima pena porque escuché, ya lo escuché de lejos, un padre que le estaba pegando una bronca a un niño que quizá no tendría más de cinco años, pero una bronca…
Yo no sé lo que había hecho el niño, pero se escuchaba por lo menos a 100 m. Unos gritos, con una rabia, un odio.
Y dices, hombre, no, esto no es venir al campo, esto no es hacer vacaciones de verdad.
No sé lo que había hecho el niño, igual había hecho una trastada muy gorda, pero es que aquel hombre emanaba puro estrés, pura rabia brutal.
Aquello creo que no tenía nada que ver con lo que estaba pasando en realidad. Era algo que llevaba dentro.
La gente está totalmente estresada y no sabe desconectar.
Y desconectar es tan fácil como eso, como desconectar, como dejar el móvil. Dejar el maldito móvil por un momento y mirar. Mirar a tu alrededor, mirar de cerca.
Hacer zoom en las cosas.
Fijarte en esas pequeñitas cosas, en las gotas sobre las hojas, en los troncos de los árboles, en la hierba, en la simetría perfecta de las flores más pequeñas, en el cielo, en ese inmenso cielo.
En las nubes, en el movimiento de las nubes, en las formas que hacen en las brumas de la mañana, en el amanecer, en la luz del amanecer cuando sale el sol, en el atardecer, en esos tonos rojos increíbles que hay con la puesta de sol. Relajar la mente con eso. Simplemente observando. Simplemente, sin hacer absolutamente nada.
Nada más que mirar, observar, ser consciente.
¿De qué sirve luego hacer un curso de mindfulness, hacer un curso de qué sé yo qué?
No, el curso de la vida es eso.
Es cuando tienes el momento, cuando puedes disfrutar de tu tiempo libre, de tus vacaciones.
Desconecta.
Si tienes estrés, si llevas una vida muy ajetreada, si te vas al campo de vacaciones, por Dios, desconecta.
Haz zoom a lo pequeño, haz una panorámica a lo grande.
Disfruta de la naturaleza porque está ahí y es gratis mirarla y te relaja la mente que no te puedes llegar a imaginar.
Lo natural es gratis, está ahí.
Hay muchas cosas que quizás no entendemos de esa naturaleza.
Hay cosas que las vemos, pero hay que verlas, hay que observarlas, hay que mirarlas, hay que quedarse como espectador y simplemente observar.
Y cuando observas, ocurren cosas.
Tu mente se calma, te lo tomas de otra manera.
Atas cabos.
Solucionas problemas aunque tú no te estés dando cuenta.
Problemas que tienes dentro, en tu subconsciente.
Esos problemas se van o relativizando o encontrando soluciones.
Pero tienes que calmar la mente.
Y la mejor manera es esa.
Mirar de cerca o mirar de lejos, a vista de pájaro.
Piensa una cosa, ¿serías capaz de volver a tu trabajo en la ciudad y cuando te pregunten qué has hecho en vacaciones, decir nada?
Observar. Dejar que pase el tiempo sin hacer nada. Relajarme. Desconectarme.
Y para eso no hace falta irse a Bali, ni al Caribe, ni a donde sea.
Puedes irte al campo, al campo más cercano que tengas, a la zona rural más tranquila que tengas cerca y disfrutar de eso.
Es posible. Y tratar bien a los tuyos.
Relajar tu mente y verás que entonces tratarás bien a los tuyos.
Descargarás esa ira estúpida que tienes dentro, ese estrés absurdo, esa adicción brutal a una pantalla, a un like, a un estímulo, a la dopamina que nos tiene totalmente cautivados.
Haz zoom a lo pequeño, mira a vista de pájaro lo global y desconecta.
De verdad, este es mi consejo de disfruta de tus vacaciones haciendo nada, observando, simplemente observando.
Es el mejor curso de mindfulness gratis que vas a encontrar en tu puñetera vida, te lo aseguro.
Te animo a que ahora mismo salgas y observes.
De verdad, hazlo. Verás que es un bálsamo total para tu mente.
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