Cuando vivir en el campo no es lo que esperabas…

Hoy te cuento algo de lo que casi nadie habla:
qué pasa cuando te vas al campo… y tu vida no se parece en nada a lo que imaginabas.

Este episodio nace de un email que podría haber escrito yo hace veinte años.

Si te quedas un rato conmigo, te cuento.

¿Quieres ir más allá?

Cada semana envío a mi lista de correo emails exclusivos con reflexiones, experiencias, ejercicios prácticos e ideas que sólo comparto por email.

Si quieres avanzar de verdad,

apúntate aquí :

✔️https://delaciudadalcampo.com/mesuscribo/

Vamos a verlo 👇

También puedes escucharme en:

👉 SPOTIFY

👉APPLE PODCAST

👉 AMAZON

👉 O ELIGE TU PLATAFORMA FAVORITA

O en Youtube:

O sigue leyendo aquí:

Muchos sueñan con irse al campo, y algunos lo hacen.
Pero pocos hablan de lo que ocurre después:
esa etapa intermedia en la que ya te has ido… y, aun así, tu vida no se parece en nada a lo que imaginabas.

Este artículo nace de un email real que recibí hace unos días.
Un email lleno de verdad.
Uno que podría haber escrito yo misma hace veinte años.

Cuando la vida en el campo no es la vida que imaginabas

La persona que me escribió llevaba un año viviendo en su nuevo pueblo.
Era lo que más deseaba.
Pero su día a día era este:

– Trabajar en algo que le da seguridad económica, pero le drena.
– Estudiar un ciclo para vincularse al mundo rural, pero sin ilusión.
– Madrugar todos los días, sin descanso.
– Sentirse atrapada por miedo a dejar un trabajo que ya no siente propio.
– Saber que podría hacer otras cosas, pero no tener tiempo ni cabeza para ellas.

Cuando lo leí pensé:
“Esto le pasa a muchísima gente que ya dio el paso… pero aún no vive la vida que imaginaba.”

Y es normal.

Porque lo que suele ocurrir es esto:

– Dependemos de un trabajo puente que nos agota.
– Estamos en un pueblo provisional, no en el definitivo.
– Las reformas tardan el doble y cuestan el triple.
– El proyecto propio no arranca.
– Y aparece la duda:
¿Y si me he equivocado?

Respira.
No te has equivocado.
Solo estás atravesando la parte del camino que nadie te cuenta.


El problema real: la expectativa Disney

Lo que bloquea a mucha gente es esta idea invisible:

“Me voy al campo y en seis meses todo encaja.”

Mentira.
Cuento Disney.
La vida real no funciona así, ni en el campo ni en ninguna parte.

En el campo, las cosas van despacio.
Despacio de verdad.
Como un huerto: necesita tiempo, constancia y paciencia.

Mi propio muro (y por qué lo entiendo)

A mí también me pasó.

Me fui de Barcelona dejando un trabajo “bueno”, de mi sector, con un salario estable.
Me marché con miedo, pero me marché.

Y cuando se acabó el subsidio y vi bajar los ahorros…
me rompí por dentro.

Me daba pánico el dinero.
Pánico equivocarme.
Y pánico tener que pedir ayuda y escuchar el temido:
“Ya te lo dije.”

Eso me costó unas cuantas llanteras.

Pero también me obligó a algo que marcó mi vida:

Decir no a lo malo conocido
y sí a lo bueno por conocer.

Aunque temblara.

Y descubrí que da igual cuánto dinero tengas, cuánta habilidad, cuánto tiempo:
todo tiene su proceso.
Y ese proceso hay que vivirlo.

Durante años, mi vida fue así:

– Tardé 7 años en comprar mi casa.
– Diez en reformarla.
– Dos más en poner en marcha el proyecto de alquiler rural.
– Y aún hoy sigo afinando mi manera de ganarme la vida.

He llorado, he dudado, he querido tirar la toalla mil veces.
Pero también he aprendido cosas que no habría aprendido en ningún otro lugar.

El campo te da algo que la ciudad no da:
tiempo, verdad y una vida que nace despacio.

Si ahora mismo estás en ese punto…

No estás fallando.
Estás avanzando.
Estás quitando capas.
Estás entendiendo quién eres de verdad.

Solo necesitas esto:

– Tiempo.
– Paciencia.
– Coraje para decir “no” a lo malo conocido.
– Coraje para decir “sí” a lo desconocido que intuyes que sí es para ti.
– Y aceptar que tu cambio de vida no es un microondas:
es un huerto.

Despacio, constante y con sentido.

Y sobre todo:
disfruta y aprende del camino.

***

Si quieres moverte pero no sabes por dónde empezar, o si ya has dado el paso pero sientes que algo no encaja, tengo una herramienta gratuita para ayudarte:

La Mini Auditoría Menudo Atasco
Una mirada personal, directa y sincera a tu situación, para entender qué te bloquea y cómo avanzar.

La respondo yo misma, de persona a persona.

Pincha en el botón y te cuento.

Deja una respuesta

Volver arriba
De la ciudad al campo
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.