Antes de lanzarte… déjame ayudarte a detectar lo que no se ve a simple vista (y que puede salirte muy caro).
Ahora que estás visitando casas en el campo, es fácil dejarse llevar por la emoción: el entorno, el terreno, la chimenea, la piedra…
Pero la realidad es otra.
Una casa en el campo puede convertirse en un regalo… o en una ruina.
Y muchas veces la diferencia está en lo que no ves, en lo que no te dicen, en lo que nadie te ha enseñado a mirar.
¿Quieres evitar errores que duelen (y cuestan dinero, tiempo y disgustos)?
Déjame tu mejor email.
Te enviaré un formulario para que me cuentes los detalles de la casa que estás valorando, y te responderé con una mini auditoría personalizada.
Totalmente gratuita.
Sin trampa. Sin automatismos.
Llevo más de dos décadas viviendo en el campo.
He restaurado casas propia y ajenas.
He mediado en la compraventa de varias viviendas en el campo.
Y parte de mis ingresos provienen de mi casa en el campo.
Sé lo que hay que mirar… y lo que nadie te enseña a ver.