Vivir en el campo o vivir del campo. Cual es la diferencia.
¿Vivir en el campo ha de ser vivir de lo que cultivas, vivir de tu terreno, de lo que ofrece la naturaleza, de tu trabajo duro y físico con la tierra?
¿Se puede vivir en el campo de otra manera, sin cultivar el campo?
¿Hay otras opciones?
¿Es eso también vivir en el campo?
Si estás pensando en irte a vivir al campo, este episodio te interesa.
Quédate un rato conmigo y te cuento.
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Transcripción del podcast
Hace unos días una persona, Raúl Luque, me dejaba un comentario en uno de mis vídeos que tengo en el canal de la ciudad al campo en YouTube, en el que explico a lo que me he dedicado durante dos décadas viviendo en el campo.
Raúl comenta de mi experiencia, que es un poco caótica, decía : funciona siempre y cuando se alineen los astros.
Es decir, de repente aparece alguien, justo coincidió que no lo esperábamos, pero salió.
Y es verdad, funcionábamos así durante mucho tiempo, pero porque somos así
En el campo hemos ido haciendo múltiples cosas, porque nos fuimos al campo sin plan y porque somos así, a lo largo del camino hemos establecido prioridades y hemos ido creando proyectos estables.
El momento ese de ir como sople el viento ya pasó. Eso fue al inicio, bueno, y durante unos años, pero sin tener ningún plan establecido.
Y estoy de acuerdo con Raúl cuando dice que la gente tiene que tener un plan más establecido para el cambio, para hacer esa transición de la ciudad al campo. No es una cuestión de vale, lo hago y luego me adapto e improviso de nuevo. Le doy la razón.
Precisamente por eso creé este proyecto, para compartir experiencias y para ayudar a otros a no cometer los mismos errores que yo cometí, que fueron muchos, por no haber planificado a fondo para ayudar a otras personas a hacer el cambio con planificación, no a lo loco como lo hice yo.
También comenta Raúl que hay que ir al campo con un plan de negocio y dedicarse a algo en especial y luego ampliar o ver los siguientes caminos.
Lo que no entiende es vivir en el campo para estar 10 h fuera de casa, trabajando en lo que sea fuera del pueblo. Dice que eso no es vivir en el campo.
Resumiendo, su visión es que vivir en el campo no es lo mismo que vivir del campo.
Su idea es que vivir realmente en el campo es vivir en tu cacho de planeta, rodeado de naturaleza y acorde con ella.
Agradezco mucho a Raúl que haya dejado este comentario, a partir del cual pues hoy estoy haciendo este episodio.
Porque como he dicho en previos episodios, el final del verano o la recta final del año, vamos a decirlo así, es un momento en el que mucha gente se plantea ese cambio de vida, la gran pregunta.
¿Y si el año que viene doy el paso y me voy al campo?
¿Puedo vivir de una manera diferente?
Entiendo y estoy de acuerdo en parte con lo que dice Raúl, pero quiero añadir algunos matices.
Bueno, pues como digo, estamos en el mes de septiembre, es un mes de vuelta a la rutina después de las vacaciones.
Es un momento desde ahora hasta final de año en el que existe ese pensamiento de irse, de hacer el cambio, de hacer un cambio de vida.
Pero la gran duda de muchas personas es, si me voy a vivir al campo, ¿a qué me puedo dedicar yo viviendo en el campo?
Y es una gran pregunta y es muy importante.
Y como he dicho 1000 veces, depende de las circunstancias de cada uno y de cómo es cada uno.
Normalmente, si eres joven, sin responsabilidades, pues quizá puedes permitirte ir a la aventura, pero no tiene por qué ser así.
Eso va con la persona y sus circunstancias.
En mi caso lo hice así primero por la edad, por la juventud, porque no tenía muchas responsabilidades y porque lo necesitaba, necesitaba ese cambio y tenía que ser ya, aún sin esa planificación necesaria.
Pero entiendo perfectamente que muchas personas quieran tener un plan establecido, es lo lógico.
Pero aun así, y aun estando del todo de acuerdo en lo de tener un plan, lo más necesario es tener la mente muy abierta.
Es cierto que hay gente que vive en el campo como en la ciudad, los pueblos son como ciudades dormitorio de eso siempre va a haber, siempre va a haber gente que quiere un trabajo, un trabajo por cuenta ajena, hacer unas horas donde sea y fuera para casa, intercambio de tiempo por dinero.
Punto.
Y está bien.
De hecho, en un comentario en ese mismo vídeo que ha suscitado todo esto, una persona me decía precisamente eso, que no todo el mundo quiere ser emprendedor, que muchos quieren un trabajo y ya está, y vivir luego tranquilamente en el campo. Todo vale porque cada uno tiene sus circunstancias.
Mira, en una de las entrevistas que hicimos Isabel Sánchez Tejado y yo en Mundo Rural en positivo, lo cierto es que ahora mismo no recuerdo a quién, pero era una persona que tenía una empresa, una gran empresa en el mundo rural, y esa persona nos contaba que había contratado a un ingeniero, un chico joven que venía de Madrid, de la capital, que el chaval estaba muy agobiado en Madrid porque aunque tenía experiencia, pues la vida de la ciudad no le acababa de gustar, tenía muchísimos gastos en la ciudad, no estaba viviendo a gusto. Y el hecho de conseguir un puesto de trabajo en un pueblo para él fue un regalo.
Esta persona nos lo decía y me lo dicen 1000 veces, esto ha sido un regalo para mí porque trabajo en lo que me gusta. Pero es que además, cuando salgo de trabajar puedo irme tranquilamente a pasear por el campo con mi perro, que es lo que he querido hacer siempre.
Además vivo en una casa que no me supone mucho de mi sueldo, puedo tener incluso un poco de comodidad financiera y realmente esto es lo que quería.
Pues eso también es una opción, eso lo permite el campo y tiene que haber gente así.
En el caso de emprender en el campo, por supuesto, también hay que tener un plan, una idea, pero hay muchas opciones, muchas salidas.
Raúl comenta que viene de una familia con negocio en la alimentación y él quiso ir por ese lado, producir alimentos directamente de la huerta.
Tenía cierta experiencia o se formó en ello para hacerlo.
Hay personas a las que les encanta trabajar en eso, en lo primario, no tener un huerto, no dedicarse a ello en cuerpo y alma.
Es su pasión, se les da bien y es absolutamente necesario que haya personas así.
Pero una persona sola no puede hacer todo el proceso.
Todo el desarrollo humano se ha dado a partir de la colaboración y de la especialización. Y aunque no soy partidaria de la especialización extrema, está claro que hay personas que se les da mejor una cosa que otra, y que una persona que cultiva una huerta grande, no solo para autoabastecimiento sino para la venta, necesita de otras aptitudes que quizá no tenga, quizá no se le den bien o simplemente no puede llegar a todo porque trabajar la tierra consume mucho tiempo.
Por eso hay diferentes oficios, profesiones, tareas que deben realizar otras personas, y ahí están las oportunidades.
La cosa es que tienes dos dedicarte a probar lo que sea hasta que des con lo que te gusta.
Y ahí depende de tus circunstancias, de tus responsabilidades, de tus recursos económicos, de tu modo de vida.
Dedicarte a lo que te gusta o a lo que se te da bien (si te gusta, mejor) en el mundo rural.
Trasladar tu profesión al mundo rural.
¿Eras abogado en la ciudad? ¿Qué puedes ofrecer en el rural?
¿Hacías tareas de administración, de contabilidad, de marketing, de comunicación, de servicios personales¿ Ver cómo lo puedes adaptar a la vida en el campo.
Si siempre has sido un trabajador por cuenta ajena, quizá, dependiendo de dónde te quieras ir, debas plantearte hacer lo que hacías si te gusta, pero por tu cuenta, como autoempleado.
No tienes todas las de ganar, pero toda la experiencia acumulada te va a servir y los nuevos tropiezos te harán aprender.
De hecho, lo más arriesgado, y paradójicamente hay mucha gente que lo hace, es el camino difícil.
Hacer algo totalmente nuevo sin tener ni idea. He visto gente invertir todos sus ahorros o pedir créditos enormes o subvenciones que luego hay que devolver en proyectos de los que realmente no tenían ni idea.
Era simplemente porque les gustaba o les seducía la idea o lo veían como una oportunidad a llevar un restaurante, a gestionar una quesería, una bodega, pero sin tener ni idea de eso. Eso es arriesgado. No es imposible, pero es arriesgado.
Luego tienes personas que sí que intentan cumplir su sueño y realmente lo consiguen.
El último episodio de podcast que hicimos antes del verano, también en Mundo Rural en positivo, la última entrevista, fue una persona, que era de profesión ingeniero forestal, pero que toda su vida había querido ser pastor y lo consiguió. Consiguió irse al campo, ser pastor, pero aportando toda su experiencia como ingeniero forestal y uniendo el proyecto de ser pastor de un rebaño de cabras y todo el tema de la gestión forestal y de la prevención de incendios.
Eso es hacer las cosas con planificación y de una manera inteligente.
Resumiendo, mi opinión es que vivir en el campo no es A o B, no es blanco o negro, es lo que tú quieras que sea.
¿Que quieres trabajar para una empresa? Adelante, busca tu lugar.
¿Que quieres desarrollar tu proyecto o montar tu propia empresa? Adelante.
¿Que quieres vivir del campo, de la tierra, de los animales, de los recursos naturales? Pues venga, adelante.
Todas las opciones son posibles y necesarias, porque si no estaríamos todavía como cazadores recolectores.
Investiga y planifica y encontrarás tu lugar.
Antes o después, con más o menos errores, pero lo encontrarás.
En la investigación, la planificación, la ejecución y la perseverancia está la clave. No lo dudes.
Te invito a que reflexiones sobre todo esto que te he contado.
VIDEO MENCIONADO
https://youtu.be/nOcJloQPrUk?si=jDzwj4XtdakX8x2Z
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