Hay algo que impide a la mayoría de personas cambiar de vida, irse a vivir al campo.
Y no, no es el trabajo, ni el dinero, ni la familia.
Es un miedo interno.
Un miedo que no te deja elegir, que no te deja tomar la decisión.
Hoy te hablo de eso. Y aviso: lo que voy a decir puede incomodar, pero te puede dar la sacudida que necesitas.
Si te quedas un rato conmigo, te cuento.
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Identificación del problema
Quieres irte al campo pero te asusta elegir, no te atreves a dar el paso.
Por qué ocurre
El sistema te empuja a horarios de trabajo y de ocio, a horas y actividades establecidas
Salirte de eso es ser diferente al resto y eso asusta, porque genera rechazo
Irte al campo cuando todo está en la ciudad, ocio, cultura,relaciones, trabajo, seguridad, médicos
Y eso te lo dicen constantemente, te recuerdan que si sales de ahí pierdes lo pierdes todo.
Entonces, poder vivir en un entorno natural, sin estímulos artificiales, donde puedas salir a pasear cada día.
Donde puedas disfrutar de un amanecer siempre que quieras.
Donde puedas salir de excursión un lunes porque te apetece, eso no es correcto.
Porque para eso está el fin de semana.
Trabajar menos horas porque te lo puedes permitir y dedicarte a otras cosas, incluso crear un emprendimiento, eso es de locos, tienes un buen trabajo seguro, no lo vayas a perder.
Combinar temporadas en diferentes lugares. Unos meses en la ciudad otros en el campo, porque te lo puedes permitir, buf, que desgaste, cuánto gasto, te vas a poner enfermo de tanto ir para un lado y para otro.
Irte a vivir a un pueblo cuando estás jubilado es de locos, y si te pasa algo, y qué pasa con los médicos. No le hagas eso a tu familia.
Esta mentalidad se retroalimenta constantemente. Los que no pueden o no se atreven a vivir diferente, atacan o se burlan de los que sí lo hacen.
Las vacaciones son en verano, sino eres un pringado.
El coche debe ser nuevo y eléctrico, sino eres un pringado.
Tú tienes que estar donde están tus padres, o donde están tus hijos. No lo hagas difícil.
El sistema, la publicidad, los medios, alimentan ese pensamiento, porque beneficia al sistema.
El runrún de tu mente
Y entonces tú descubres un día, que podrías llevar otra vida.
Has probado tímidamente a vivir de otra manera y te ha fascinado.
Te has sentido bien. Muy bien.
Pero te asusta, porque no es lo normal, lo convencional, porque es ir a contracorriente.
Y buscas excusas: «Esto no será así siempre. Y si pasa algo. No me lo merezco. Soy egoísta y voy a hacer daño a mis seres queridos. Seguro que sale mal.»
Ejemplos reales
Esto que digo no me lo estoy inventando.
Esto es cierto.
Quizás me estás escuchando y asintiendo con la cabeza.
Lo he escuchado en la mayoría de consultorías que hago.
Las personas me contratan el servicio para desbloquear su cambio de vida, porque quieren irse al campo pero entre una cosa y otra se hace bola y no avanzan.
A cada persona obviamente le doy pautas para desbloquear esos procesos y avanzar.
Pero reflexionando así en general, cada vez tengo más claro de que el problema es la indecisión. Y esa indecisión es por miedo al fracaso y al rechazo, a salirte de lo que se considera normal.
Una de las preguntas que me hizo recientemente una persona en consultoría fue «qué herramientas necesito para irme al campo».
Tras una hora hablando de sus recursos, de su situación le dije:
«Qué más herramientas quieres para irte al campo, si ya las tienes todas.
Lo único que necesitas es decidir.
Y atreverte a vivir como tú quieras y no como te digan que hay que vivir.
Porque tú vida es tuya y solo tienes una aquí y ahora.»
Y es lo que veo en la mayoría de sesiones: no es un problema de dinero, ni de casa, ni de trabajo.
Es un problema de indecisión.
De miedo al rechazo, de miedo a fracasar.
Como dijo Mark Twain:
“He tenido un montón de preocupaciones en mi vida… la mayoría de las cuales nunca ocurrieron”.
La clave
Entonces el problema es que quieres cambiar de vida pero te asusta a salir del patrón, salir de lo convencional. Te da miedo atreverte.
Si quieres otra vida, antes de buscar casa, trabajo o terreno, tienes que atreverte a decidir.
Porque otra vida es posible.
Lo sé porque la vivo y la veo cada día.
Pero no va a llegar si sigues esperando el momento perfecto o la aprobación de todo el mundo.
No hablo de salir del sistema, hablo de decidir cómo vives y para qué. Sin convenciones impuestas.
Mi mensaje
Atreverse a decidir es el primer paso.
El campo no es un refugio para huir: es un lugar para construir.
Y si no decides, nunca vas a saber qué podrías haber vivido.
Si este episodio te ha removido, quédate cerca.
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