reflexion vital

REPENSARTE la vida

En este episodio te hablo de cómo las vacaciones estivales o incluso cualquier otra época de desconexión, de romper la rutina y hacer cosas diferentes te puede llevar a repensar tu vida. A replantearte ciertas cosas de tu día día y de tu visión de futuro.

Te puedo asegurar que eso es algo que ocurre frecuentemente en el mundo rural.

Que muchas personas que van a pasar unos días al campo, cuando conectan con el lugar, con el entorno, con la naturaleza, lo viven activamente.

Esos momentos son buenos, pero tienen sus puntos flacos y peligrosos.

Si has tenido un momento de repensarte la vida en algún momento, si de alguna manera te planteas ciertas cosas en tu vida que no llegas a ver claras, este episodio te interesa.

Quédate un rato conmigo y te cuento.

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Transcripción del podcast

Hace unos días me comentaba a Carmen, una amiga a la cual dedico este episodio porque ciertamente ha sido ella la inspiración para hacerlo, me comentaba que estas últimas semanas del mes de julio y de principios de agosto han sido especialmente movidas para muchas personas.

Ella me decía que había hablado con muchas personas que sentían que había que todo se estaba moviendo mucho por dentro y a su alrededor.

De hecho, es algo que yo también he estado percibiendo y, por desgracia, algunas cosas viviendo también personalmente.

Me estoy refiriendo a cosas que te mueven, que te chocan por dentro.

Me estoy refiriendo a divorcios, a pérdidas, a muertes, a ideas de cambio brusco, a despidos, a peleas.

Yo no sé si tiene algo que ver con algo que no controlamos, eso lo dejo a gusto de cada creencia.

Pero es cierto que este año, pues sí, yo también soy consciente de muchos cambios, muchos golpes emocionales, aunque también creo que es cierto que cada época vacacional trae de la mano cambios, siempre, sin lugar a dudas.

Como decía al principio, las vacaciones estivales ofrecen un espacio para detenerse y para repensar la vida, sobre todo si se trata de unas vacaciones tranquilas y muchas veces ligadas a entornos rurales.

Cuando se trata de vacaciones estresantes, esas de visitarlo todo, hacer 1000 actividades, 1000 colas y hacer muchas fotos para mostrar en redes sociales y a los compañeros de trabajo a la vuelta.
Bueno, esas yo creo que crean más conflicto que reflexión, o muchas veces no crean ningún tipo de desconexión consciente y absolutamente necesaria.
Pero bueno, ese es otro tema.

Pero sí que creo que en la vida de cada persona existen ciertos momentos que naturalmente invitan a la introspección y a revaluar nuestras decisiones, metas, incluso el rumbo de nuestra existencia. Las vacaciones de verano son uno de esos momentos clave.

Durante ese tiempo, la ruptura con la rutina diaria, la desconexión del trabajo, la posibilidad de estar en un entorno diferente como puede ser el campo, como puede ser el mundo rural, permiten que las personas salgan del piloto automático en el que a menudo viven en sus vidas.

Ese distanciamiento físico y mental abre la puerta para cuestionarse aspectos profundos de la vida cotidiana que en medio de la rutina, suelen pasar muchas veces desapercibidos.

Muchísimas personas se plantean en estos momentos cambios realmente significativos que además, hace tiempo que les están rondando en la cabeza.

¿A qué cambios significativos me estoy refiriendo?
Pues te voy a poner algún ejemplo.

Uno de los más drásticos y significativos que surgen durante estos momentos de reflexión es la decisión de mudarse.

Muchas personas, después de experimentar la tranquilidad, el contacto con la naturaleza durante esos momentos de vacaciones, consideran la posibilidad de trasladarse de la ciudad al campo.
Este cambio no sólo implica una mudanza física, sino también una transformación en el estilo de vida, donde quizás se busca mayor paz, mayor conexión con la naturaleza. Una vida más sencilla o simplemente diferente.

Las vacaciones también pueden revelar una insatisfacción latente con el trabajo actual.
El tiempo libre ofrece la oportunidad de explorar o reflexionar sobre otras pasiones o intereses que quizá han sido dejados de lado.
Esto puede llevar a considerar un cambio de carrera, la búsqueda de un empleo que esté más alineado con los valores personales o incluso la decisión de emprender un nuevo negocio, especialmente en el ámbito rural.

Algo ligado a tu profesión o algo totalmente diferente, más ligado al entorno, como pudiera ser agricultura ecológica, turismo rural o artesanía. Lo que sea, todo es posible.

Las relaciones personales, especialmente las de pareja, son también otro aspecto que a menudo se revisa y se revisita durante estos periodos de descanso.
Imagino que ya sabes que en épocas en las que se cambia la rutina, donde hay una rotura con el patrón de la vida cotidiana, es cuando se producen más divorcios.

El tiempo fuera de la rutina permite observar la relación desde una perspectiva más clara y evaluar si está funcionando o si necesita cambios. Por desgracia, como he dicho, este es un momento en el que algunas personas pueden decidir separarse o divorciarse, pero también es una oportunidad para fortalecer vínculos y tomar decisiones conscientes sobre el futuro de la relación.

Estos momentos de reevaluación no solo ocurren durante las vacaciones, también pueden surgir durante otros eventos significativos, como puede ser el cambio de año, la llegada del nuevo año o un cambio importante en la vida el nacimiento de un hijo, la pérdida de un ser querido o bueno, como ocurrió durante el confinamiento, como se vio durante la pandemia.

Estos momentos de repensarse la vida, de reflexión profunda, creo que son absolutamente necesarios para todas las personas.

Pero esto también puede llevar a tomar decisiones precipitadas y eso conlleva un riesgo.
Y puede ser un riesgo muy elevado que no aporta ningún beneficio.
¿Cuáles son esos riesgos?

Pues piensa que después de un periodo de intensa reflexión, especialmente en un entorno rural que puede parecer idílico, es común que las personas sientan la urgencia de hacer cambios drásticos significativos en su vida.

Pero hay que ser muy consciente y también racional y tener en cuenta el peligro de tomar decisiones precipitadas en medio de este entusiasmo renovado.

Decisiones impulsivas como mudarse abruptamente al campo, dejar un trabajo sin plan concreto o terminar una relación de larga duración pueden tener consecuencias negativas si no se han considerado adecuadamente.

Estos cambios, aunque bien intencionados, podrían no ser sostenibles a largo plazo si no se toma con la debida calma y perspectiva.

¿Vale, entonces qué pasa?
¿De qué sirve haber pensado todo esto si luego pienso en los riesgos y digo vale, no puedo continuar, no puedo hacer nada?

Espera.

Hay solución.

Para evitar decisiones precipitadas es vital digerir estas reflexiones con calma, porque no es sólo pensar, hay que digerir.

Aquí te dejo algunos consejos.

Por ejemplo, es una buena idea seguir teniendo ese diálogo consciente que ya has tenido durante esa época, continuarlo, tenerlo en tu día a día, tomarte unos momentos concretos para seguir pensando en eso, para seguir reviviendo ese momento de consciencia.

Y es muy interesante sobre todo llevar un diario de esto, escribir tus reflexiones y tus posibles decisiones te puede ayudar a estructurar los pensamientos y también a verlos con mayor claridad.
Releer lo escrito días o semanas después permite también evaluar si las emociones iniciales han cambiado, o si se han mantenido o si se han aumentado.

Obviamente, otro consejo que nunca me canso de repetir es el de tener una estrategia, tener un plan, planificar.
Antes de tomar cualquier decisión es súper recomendable tener un plan.
Esto incluye investigar, establecer pros y contras, considerar las implicaciones a corto y a largo plazo, incluso consultar con amigos de confianza, con familiares o con profesionales también puede proporcionar una perspectiva externa valiosa.

Y por supuesto, puedes también apoyarte de técnicas, por decirlo de alguna manera, de conciencia.
Practicar yoga, caminar mucho, incluso practicar la meditación.
Todo esto ayuda a calmar la mente, a procesar las ideas y las emociones que surgen durante la reflexión.
Hay quien dice que el mindfulness, el estar presente, ayuda a eso, a estar presente y a no dejarse llevar por impulsos momentáneos.

En conclusión, las vacaciones y el entorno rural son poderosos catalizadores para la reflexión y la reevaluación de la vida.
Sin embargo, es crucial abordar estas reflexiones con paciencia y con prudencia, evitando decisiones impulsivas que podrían perjudicarte a largo plazo.

Si adoptas prácticas como he comentado, como estas técnicas de consciencia, la meditación, los paseos por el bosque, al borde del mar, por parques, donde sea, la planificación, estrategia, estos rituales de reflexión continua, todo esto permite transformar estas reflexiones en cambios significativos y sostenibles que mejoren tu calidad de vida.

La paz interior y la sabiduría no se logran a través de decisiones rápidas, de calentones, sino a través de un proceso reflexivo y bien considerado.

Y por supuesto, hay que actuar, pero teniendo en cuenta los riesgos, las responsabilidades y el impacto que una mala decisión puede causar en cada uno y tu capacidad para afrontar problemas.

Mira, para acabar te pongo un ejemplo que me ha ocurrido recientemente.
Esta semana vinieron a verme una pareja, son un hermanoy una hermana, que han estado unos días en España. Como sabes vivo en Francia, pues han estado unos días en España porque su familia de origen es de allí y han venido locos que se quieren ir a España, que se quieren ir a vivir a España.
¿Raquel, cómo lo hacemos?
Además se quieren ir a un pueblo.

¿Cómo lo hacemos? Porque es que venimos encantados.

A ver, dos personas súper jóvenes que no tienen ninguna atadura, responsabilidad ni nada concreto aquí adelante, como si queréis iros mañana con una mochila a la espalda.
O sea, no pasa absolutamente nada.
Que vais a tener momentos buenos, que vais a tener momentos malos, que vais a prender un mogollón, que os vais a pegar un mogollón de tortazos, seguro, pero es experiencia.
Pero sois súper jóvenes y tenéis todo por delante.
Eso es un tema concreto.

Pero personas que tienen unas responsabilidades concretas tienen que tener en cuenta la toma de decisiones.
Si la pueden hacer de manera precipitada, como es cuando eres muy joven y nada te ata, o si tienes que tener en cuentalas circunstancias.

Te invito a que reflexiones sobre todo esto que te he contado.


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