Todo te sirve en el campo

Si yo me quiero ir al campo, ¿pero qué voy a hacer yo en el campo, a qué me voy a dedicar?

Esta es la gran pregunta que se hacen muchas personas que desean irse al campo.

Pues hoy quiero  mostrarte como cualquier experiencia que tengas, por pequeña que sea que  has adquirido en tu vida en la ciudad, puede tener un valor en la vida rural.

Si quieres saber a qué me refiero, quédate un momento conmigo y te cuento.

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Transcripción del podcast

Déjame que ponga en valor Todo lo Aprendido.

A lo largo de tu larga o corta vida, has aprendido muchas cosas.

A unas les darás más importancia y a otras menos.

Quizás le dés más importancia a tus títulos o tu cv o experiencia laboral que a otras cosas.

Pero déjame que te diga algo.

La vida es un continuo aprendizaje, en muchos ámbitos. 

Todo lo que has vivido y aprendido en la ciudad te será útil cuando decidas mudarte al campo. Cada habilidad, cada experiencia, es una herramienta que puedes aplicar en tu nueva vida.

Al final te doy ejemplos.

Qué quiero decir con esto.

Pues que en el campo tienes que adaptarte, y ese hecho de tener que adaptarte, te aseguro que te agudiza el ingenio

En la ciudad, muchas veces te encuentras atrapado en trabajos mecánicos, casi de ‘robot’. 

De hecho no me cabe duda de que pronto muchos trabajos serán sustituidos por un robot, si no es porque todavía es más rentable contratar a un humano (de momento, de esto hablaré en otro episodio), pero es todo así de deshumanizado.

En el campo, la realidad es otra: aquí se premia el ingenio y la capacidad de adaptarse y el trato personal.

No eres un número, no vas a pasar desapercibido.

En el campo eres lo que vales, y todo vale. Todo tu aprendizaje vale.

La vida en el campo requiere cada día de creatividad y soluciones prácticas. 

No hay una fórmula estándar, cada situación te reta a pensar diferente.

Puedes trabajar para una empresa o una administración o para un particular, pero es difícil que te pidan hacer una sola cosa, te van a pedir adaptabilidad según las circunstancias.

Otro valor importantísimo de la vida rural es el intercambio de conocimientos, de saberes.

Puede que no sepas mucho sobre agricultura o el manejo de un huerto, pero tú tienes habilidades que pueden resultar muy valiosas: tecnología, gestión, administración, ¡incluso el manejo de papeleo!”

En el campo, el trueque de cosas y de conocimiento funciona y se valora.

Igual puedes dar clases de informática, o ayudar a un vecino con el manejo de un móvil.

Y de ese mismo vecino o de otros puedes aprender técnicas de cultivo o recetas tradicionales, o donde salen setas y de qué tipo.

Este intercambio no solo enriquece a ambos, sino que fortalece la comunidad.

Porque se valora a las personas, porque las personas siguen siendo la base de la comunidad.

Si te adaptas lo petas.

Como digo, en el campo, eres lo que vales. No importa cuántas herramientas tengas, lo que realmente cuenta es tu capacidad para aportar. 

La persona que se muestra versátil y dispuesta a aprender y compartir es respetada. 

Se cuenta con ella.

Por eso, ser una persona  todo terreno es clave para integrarte y prosperar en la comunidad rural. 

Tu bagaje, tu experiencia es un activo, y cada habilidad es una pieza que suma al bienestar colectivo.

Y esa experiencia puede ser de cualquier tipo.

No son solo habilidades profesionales, también son habilidades sociales, emocionales, saber mediar y resolver conflictos. Organizar eventos y actividades. Conseguir información o pedir lo que sea para el pueblo.

Todo eso se valora.

Te pongo algunos ejemplos propios:

He dado clases de informática y de catalán y todo surgió porque primero ayudé a tal o cual persona con estos temas.

He ayudado a personas con trámites burocráticos y eso me llevó a ser contratada por el ayuntamiento para realizar unos trámites concretos.

Y así te podría contar cientos de situaciones.

Si te interesa en este vídeo cuento a qué me he dedicado durante dos décadas viviendo en el campo:

Y de aprendizajes igual, he aprendido muchísimo de la gente de campo.

No te digo que tengas que ser como yo, esto es solo un ejemplo.

Yo soy persona de tocar muchas teclas, de culo inquieto.

Quizás seas mas pausado hacer cosas más concretas

Conclusión 

Pero en cualquier caso y resumiendo. Todo lo que has aprendido en tu vida en la ciudad puede ser el cimiento para tu nueva vida en el campo. 

Desde el ingenio que despierta la vida rural, hasta el valor del intercambio y la comunidad, cada experiencia cuenta y te enriquece.

Así es que no pienses en qué voy a hacer yo en el campo. 

Piensa, qué puedo aportar yo y qué puedo aprender, piensa desde la abundancia y te irá mejor.

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