3 CLAVES para VIVIR EN EL CAMPO

Hay tres cosas claves, personales y gratis, tres actitudes fundamentales que te van a servir muchísimo para vivir en el campo.

Y no se compran, están en tí. ¡Son gratis!

En este nuevo episodio te hablo de ellas:

🤗 Mentalidad

🤏Habilidad

💓Sensibilidad

Te hablo de porqué son importantes y cómo desarrollarlas.

¿Quieres saber porqué?

Te lo cuento en mi podcast 👇

También puedes escucharme en:

👉 SPOTIFY

👉ITUNES

👉 GOOGLE PODCAST

👉 AMAZON

O en youtube:

Como te he dicho en la introducción, hay tres factores, claves, actitudes fundamentales para vivir en el campo.
Mentalidad, habilidad y sensibilidad.
Vamos al grano.

Mentalidad

Es necesario tener una mentalidad capaz de adaptarse a los cambios, de enfrentar problemas, de buscar soluciones, de gestionar conflictos.
Irse a vivir al campo es un cambio lleno de ilusión, de expectativas. Ponemos todas nuestras ganas, nuestros sueños en esa nueva vida que vemos maravillosa en nuestra mente.

Y pensamos que una vez en el campo, ya, ya está, todo va a ser maravilloso.

Y lo va a ser, pero no todo el rato, no constantemente.

Nosotros mismos, nuestra propia mente es muchas veces nuestra propia enemiga.

Y todos esos bloqueos miedos y resistencias que tuvimos antes de dar el paso, van a surgir de nuevo, en forma de reproche, en forma de autoculpa, de cualquier forma.
Porque no hay cosa que le fastidie más al cerebro que lo saques de su zona de confort, que le fastidies la rutina y tenga que ponerse a pensar y a gastar energía

Esa mentalidad fuerte, no siempre se tiene,ni se puede comprar. Eso se aprende, se trabaja.
Y lo que más ayuda a desarrollar esa mentalidad, es estar alerta, saber que pueden surgir esos problemas, esos conflictos, esas resistencias, y tener la capacidad, el temple, la paciència de tratar de solucionarlo de la manera más conveniente.

Esa mentalidad te va servir para afrontar los ataques de tu propio interior, los que te he mencionado, como los externos, de las personas de tu alrededor. Tu pareja, hijos, familiares, amigos, con quien sea que te hayas embarcado en este proyecto.

Porque sabrás, que siendo humanos, tendemos a hacer algo muy feo pero que muchas veces no podemos evitar, porque nos sale así, que es, echarles las culpas a otros de nuestra decepción. Cuando algo no sale bien siempre buscamos culpable, hasta en lo más ínfimo.

Esa mentalidad fuerte te va a permitir calmar los ánimos, y trabajar en conjunto ese conflicto, decepción, enfado o cualquiera que sea el problema.

Y dirás, claro, eso lo dices muy fácil, pero cuando llega el momento… Bueno, pues cuando llega ese momento es importante dejarlo que pase, que se exprese, que llore y patalee hasta la extenuación, pero ya está, dejarlo que pase.

De nada sirve el enfrentamiento, la autoflagelación constante. Quieres llorar, llora. Y una vez que pase la tormenta, reflexionar, hablar, evaluar la magnitud del problema, cuán grave es, que solución le damos.

De verdad, trabajar esta mentalidad ayuda mucho.

Saber que vas a tener problemas, como todo el mundo, más grandes o más pequeños. Saber que eso te vas cabrear, angustiar, va a generar pelea familiar.
Saber dejar pasar ese rato y luego buscar soluciones.
Sólo en conocer este proceso que siempre es así, te ayuda a mejorar y a tener una vida más plena o al menos más tranquila.

Habilidad

Nadie nace enseñado, todos tenemos habilidades diferentes. Pero todos podemos hacer muchas más cosas de las que imaginamos.
Tener habilidad para hacer cosas es algo fundamental para vivir en el campo.
Hacer cosas como solucionar problemas domésticos que puedan surgir en tu casa.
O problemas con electrodomésticos o aparatos tecnológicos, o con vehículos.
O saber cómo actuar en caso de pequeños accidentes o estados que afectan a la salud.
Saber o aprender a hacer pequeños trabajos de bricolaje.
Aprender a utilizar herramientas.
Aprender a utilizar y reutilizar los recursos, materiales disponibles sin tener que recurrir a comprar.
Hay un sinfín de circunstancias en las que te puedes encontrar viviendo en el campo y no siempre vas a tener alguien cerca que te lo pueda solucionar.

En la ciudad nos volvemos un poco «inútiles» sin ánimo de ofender a nadie. Nos especializamos en según qué cosas y para el resto ya buscaremos y pediremos o pagaremos a alguien para que lo solucione.
Hay millones de especialistas de «lo que sea»
Pero en el campo no siempre está disponible esa persona para solucionarte ese problema, o tiene que venir de lejos, o tienes tú que desplazarte lejos.

Saber cómo actuar en diferentes situaciones que tienes que solucionar por ti mismo es duro, pero a base de tener que hacerlo una y otra vez te curte. Te da la fuerza, conocimiento y experiencia.
Como siempre me decía mi abuelo «el saber no ocupa lugar» y yo añado » y vale oro «

Y por último, lo tercero que te va ayudar en tu vida en el campo es tener

Sensibilidad

Y por sensibilidad me refiero a la relación con las personas del lugar y con el entorno.
En el campo las relaciones sociales son estrechas y personales. Los códigos de anonimato de la ciudad no funcionan en el campo.
Enseguida van a querer saber de ti. Quien eres, de dónde vienes, qué haces allí, qué buscas.
Es una medida de protección.

Tener sensibilidad y paciencia, con estos comportamientos tan diferentes a los que se suelen encontrar en la ciudad es clave para no llevarse muchos disgustos y cabreos.

No digo que tengas que explicar tu vida ni mostrar tu intimidad al primero que lo pregunte, no me refiero a eso.
Me refiero al hecho de que tengas en cuenta de que son así, hay ese comportamiento y muchísimos otros que vas a descubrir, que te van a chocar, que vas a decir, pero cómo es esto posible, pero que se dan porque el sistema cultural, de vivencia de supervivencia, de relaciones sociales en el campo es diferente a la ciudad.
Y se trata de respetarlo, aprender los patrones y las pautas. Y en vez de enfrentarlo, de crear conflictos, si crees que hay un comportamiento o una acción totalmente inaceptable, buscar la manera de explicar porqué eso no debería hacerse o debería hacerse de otra manera.
Es fácil caer en el enfrentamiento, es fácil cabrearse con cosas y situaciones que te van a sorprender incluso indignar.

Pero piensa que tú eres el forastero, siempre vas a serlo. Si quieres cambiar algo, ganatelos. Hazte respetar, haz que tu opinión importe, que te tengan en cuenta.

En esta cuestión entra en juego una serie de habilidades que también hay que practicar o aprender. Habilidades sociales, comunicación, relaciones públicas, hablar a un grupo, empatizar.

Resumiendo

y para no alargarme más.

Mentalidad, habilidad, sensibilidad. Tres pilares fundamentales para afrontar el cambio de vida, para pasar de la ciudad al campo.

Esto no se estudia, esto se vive, se aprende, se reflexiona, se analiza y es algo que siempre está en marcha, porque cada día puedes desarrollar y aprender algo más, algo nuevo que te vas servir para tu despensa del saber, que no ocupa lugar pero que te sirve para hacer frente a tu día a día y a nuevas situaciones que puedan surgir.

Si no ves claro cómo dar el paso, puedo ayudarte con TU PLAN

Mi servicio de consultoría personalizada, donde analizo contigo tu situación, tus problemas, resolvemos tus dudas y trazamos un plan para que puedas avanzar en tu camino. Se trata de una consultoría de 1h conmigo, por vídeo conferencia, donde hablaremos de ti, de tus dudas, de lo que necesitas resolver y los pasos que tienes que dar.

Más información sobre TU PLAN

¿Qué opinas de lo que te acabo de contar?

¿Quieres compartir tu experiencia?

Pues deja tu comentario, me encantará leerte y seguro que tu aportación será valiosa para muchas personas.

Te invito a unirte a la comunidad DE LA CIUDAD AL CAMPO

pues te voy a ir explicando cómo se hace todo eso de dar el paso, como es la vida en el campo, cómo conseguir una casa, de qué puedes vivir, cómo es vivir en un pueblo todo el año, podrás hacerme llegar tus dudas por vía directa (te llegará un enlace para hacerlo)

Y además te envío la