Hoy te quiero hablar de tres razones que están impidiendo a muchas personas irse a vivir al campo.
No sé si te identificaras con alguna de ellas pero en cualquier caso te invito a que me acompañes en este episodio, no sea que uno de tus bloqueos o impedimentos para irte al campo, tenga algo que ver con esto.
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Las Tres razones que impiden a muchas personas, irse de la ciudad al campo
Quiero hablarte de un comportamiento que he observado a lo largo de los últimos meses largos, quizás un año.
Es algo que va creciendo.
Hay mucho descontento, incertidumbre, frustración y polaridad.
Hay muchas personas que se ofenden por cualquier cosa que no les encaje en su visión y atacan sin piedad a personas que comparten su experiencia o conocimiento.
Esto lo estamos viendo y viviendo cada día
Y es un fenómeno que afecta a todas las edades.
Este hecho, este malestar y este comportamiento, crea unos límites mentales, unas barreras reales que impiden que la persona actúe más allá de la queja, de la excusa, del ataque a terceros, hace que no avance un solo paso en su idea de cambio.
Ahora te explico ejemplos para poner esto en contexto.
En este proyecto concreto, de la ciudad al campo, en el que estoy ofreciendo y compartiendo mi punto de vista, mi experiencia, mi análisis de los pasos que creo que es necesario dar para hacer un cambio de vida como es irse al campo, en el que cuento cómo buscar el lugar, qué oportunidades se pueden encontrar en el mundo rural, en fin, todo lo que sé y lo que creo desde mi experiencia puede ser útil para las personas que se encuentren en este camino.
Bien, pues hay tres razones o tres comportamientos que he detectado, a través de comentarios en mis videos y podcast, a través de mensajes en redes o incluso mensajes directos por email, que son esos comportamientos limitantes que van a hacer que esas personas vayan a tener muy difícil dar el paso.
Buscar lugar en negativo
La primera razón o comportamiento es:
Buscar lugar en negativo
Partir de la premisa de que la gente de pueblo quiere aprovecharse de la gente de ciudad, quiere engañarlos, quiere especular con la vivienda.
Partir de la hostilidad, pensar que te vas a encontrar gente en contra tuya.
Y claro que hay gente que pone precios desorbitados.
Claro que hay zonas imposibles, por circunstancias concretas.
Y claro que hay gente que quiere aprovecharse de los otros, en el campo y en la ciudad.
Pero sólo tú conoces tú presupuesto y lo que necesitas.
Y eres tú quien tiene que ponerse en marcha y buscar y seguir, insistir.
Y si algo no te encaja pues continuar.
Siempre hay impedimentos. Siempre hay piedras en el camino y muchas veces las más gordas están al principio, pero hay que aprender a saltarlas. Sí te quedas en la primera o en la segunda, pensando que todo va a ser así y no estás dispuesto a continuar, pues no lo harás.
Hay casas en venta y en alquiler. Hay muchos precios, muchas condiciones, hay que moverse mucho. Contactar, llamar, hablar, incluso visitar, moverse.
Pero las hay, lo sé. Te diría que hace unos años era más difícil pero hoy en día no.
Hay que buscar en positivo, con ganas, con fuerza, superando obstáculos, saltando piedras.
Sí te quedas en la primera no avanzas.
Y si te quedas en esa primera y expones tu queja en redes sociales, van a aparecer 100 personas que miran la piedra como tú y ahí os vais a quedar criticando a las piedras, a los pueblos, a los pueblerinos, a la gente que dice que las piedras son excusas, mientras otras personas avanzan y lo consiguen.
Mi entorno no está por la labor de irse al campo.
Esta es la segunda razón
Mi entorno no está por la labor de irse al campo.
Esto ocurre a menudo, es muy común.
Una pareja, una familia, en la que uno o una parte quiere irse al campo y otra no.
En este caso hay un conflicto de intereses. Y depende de esa pareja o de ese grupo, ver cómo se soluciona.
Primero analiza tu situación actual y piensa seriamente porqué la quieres cambiar.
Qué ganas y qué pierdes con ello.
Pon en común esos intereses, razones y expectativas de cada uno.
Y ve cómo encontrar una solución que sea factible para todos.
Siempre hay concesiones, todo no se puede tener.
Que una parte no cede. Pues tú verás hasta dónde llegas.
Yo no digo a nadie que deje su trabajo, ni a su pareja, ni a su familia, ni a sus padres.
Digo que valores lo que tienes y lo que quieres.
Que no te excuses en la queja, en el tú puedes pero yo no porque tengo un trabajo, marido, mujer, hijos, etc. No tienes una situación especial, tienes la de muchas personas.
Todos lidiamos siempre, cada día con deseos personales, más grandes o más pequeños, que chocan con los de otras personas.
Y a veces se pueden llevar a cabo y a veces no.
A veces se llega a consensos y otras no.
Hay muchas cosas, muchos deseos personales que sé que no voy a llevar a cabo, por mis circunstancias personales, pero no me amargo por eso. Lo pongo en una balanza, analizo pros y contras y veo si es viable iniciar una negociación o si desecho la idea, por mucho que me guste.
Hay que vivir en el campo como antiguamente, sin tecnología.
Tercera razón.
Esta es mi preferida.
Pensar que vivir en el campo es volver a las cavernas.
Pensar que en el campo hay que vivir cultivando la tierra, criando animales, fuera del mundo, sin tecnología y así el mundo será un lugar mejor.
Me hace mucha gracia esta opinión cuando te la hace alguien que está usando tecnología para hacerte esa crítica.
Vale, es una opinión.
Pero obviamente no la comparto.
Y te puedo asegurar que la mayoría de la gente que vive en el campo tampoco.
La tecnología, sea del tipo que sea, si te beneficia en el día a día, si te ofrece libertad, si te permite tener más tiempo libre, optimizar mejor los recursos, facilitarte el trabajo, pues bienvenida sea.
¿Le vas a decir a un agricultor que vuelva al arado con bueyes y mulas?
Me vas a decir que no use la lavadora, que me vaya a lavar al río con dos piedras.
De verdad, respeto a todas las personas que quieren llevar una vida ermitaña pero no lo comparto.
Y precisamente las tecnologías de la información, internet, el análisis de datos a tiempo real, ha llevado al campo una nueva manera de hacer que facilita mucho la vida de agricultores y ganaderos, incluso les da voz, permite compartir una experiencia, unas ideas, crear asociaciones, luchar por intereses comunes.
Que las tecnologías tienen cosas malas, por supuesto, como todo.
Pero fíjate que de las tres razones y comportamientos que he comentado se puede extraer algo en común.
La visión negativa de los hechos.
Que algo no te guste, que algo sea negativo para ti, te hace reaccionar, te pone en marcha, te hace avanzar. Pero si vas en negativo, con mentalidad negativa, no avanzas.
Así es que, lo siento, ofendidos, negativos,
el campo no es para vosotros.
Piensa en tu propio caso, piensa en tu propia situación.
¿Tienes alguno de estos rasgos, de estos comportamientos?
¿Crees que te iría mejor si cambiaras algo?
Sé que este episodio no va a gustar a mucha gente, que me van a llover críticas, que van a haber bajas en mi lista de correo y mis canales.
Pero sabes qué.
Que me da igual.
Que hago esto por el mundo rural.
Y por la gente que de verdad quiere dar el paso.
Paso de las quejas en clave negativa y sin fundamento.
En el último episodio hablé de las razones por las que las personas consiguen irse de la ciudad al campo, porqué lo están consiguiendo.
Eso es lo interesante, ¿no crees?
En el próximo episodio te hablaré de más temas interesantes desde el mundo rural.
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